Producido por Armando Bó, fue el segundo largo de Torre Nilsson con un trabajo formidable de Diana Maggi en el papel del título. El romance imposible entre una prostituta y un estudiante de pintura enfatiza la sordidez del ambiente portuario con una violencia atípica y referencias a algunos tabúes, como el consumo de drogas o al lesbianismo. En 1953, la Dirección de Espectáculos Públicos calificó al film como de “Exhibición no obligatoria” y sólo tuvo proyecciones en algunas provincias.